La sucesión en un negocio familiar puede ser un proceso difícil. Además de la toma de decisiones basada en lo que estratégicamente es mejor para el negocio, el afán de mantener la empresa bajo el control familiar puede traer consigo otro elemento de complejidad emocional. Puede resultar desafiante separar trabajo y vida familiar, y el estrés de la sucesión puede tener un gran impacto en el negocio y en las relaciones familiares.

Cada sucesión del negocio es única. Mientras algunas familias se ven forzadas a llevar a cabo una sucesión prematura, otras familias tienen que combatir contra una generación anterior que se niega a ceder el control. Resulta crucial tener en cuenta las diferentes opciones de sucesión, así como los desafíos y oportunidades implicados. La sucesión puede ser, bien una transferencia de propiedad, una transferencia de la gestión, o ambas, aunque no tienen por qué pasar las dos al mismo tiempo. La transferencia de control puede producirse dentro de la familia, o fuera, a un gestor externo o a inversores financieros, o bien puede ser una combinación de ambos. No obstante, existen algunos puntos comunes que es importante tomar en consideración en cualquier sucesión. La figura de la derecha muestra las diferentes opciones de sucesión.